jueves, 1 de marzo de 2012

Proyecto Fideicomiso

México es una nación de abismales contrastes, la cara de la pobreza extrema, que nadie quiere ver, converge muchas veces al lado de las colonias más pudientes del país. En las grandes urbes, y sobretodo en la ciudad capital, esto es más notorio. Basta darnos una vuelta por “Santa Fe” en el Distrito Federal, para notar que al lado de los opulentos edificios corporativos, se asientan barrios de casas de cartón carentes de la más elemental higiene.

A ningún empresario conviene esta situación de pobreza, ya que como mencionaba el mismo Carlos Slim, lo ideal es tener una sociedad económicamente estable, con un poder adquisitivo que garantice el crecimiento y desarrollo de la economía nacional.

Los grandes empresarios del país, esa minoría que controla el poder económico y político de México, no pueden deslindarse de su responsabilidad ante ésta deleznable situación. Y más que proponer pequeñas fundaciones que anestesien por momentos los estragos de la pobreza, deben ofrecer un proyecto real, sólido, que impulse verdaderamente la economía y que aniquile la desigualdad social.

Ese proyecto es el que me permito presentarles el día de hoy, un proyecto viable, factible y comunicable, que consiste en crear un fideicomiso, con el apoyo del gobierno federal y de la iniciativa privada, en el cual se obtenga un fondo de 20 millones de dólares, administrado por una asociación civil, que le garantice a cada mexicano obtener 2 millones de pesos, dinero que les será administrado, de tal manera que con los intereses que se obtengan, reciban mensualmente $10,000 pesos de los cuales $5,000 podrán utilizar libremente y según les convenga, y los otros $5,000 deberán aportarlos al gobierno.

Este es un proyecto en el que nadie pierde, y por el contrario, todos ganan, ya que erradicará la pobreza y con ella todas sus terribles consecuencias, aumentará el poder adquisitivo, mejorará el presupuesto federal y fortalecerá la economía nacional, haciéndola más competitiva hacia el exterior, para lograr que México se convierta por fin en un país Desarrollado.

miércoles, 18 de enero de 2012

Tres Tipos de Comunicación

Toda empresa u organización se asemeja a un individuo que tiene una historia, una personalidad y un propósito de ser. Al igual que cualquier ser humano, las empresas también cuentan con una acta de nacimiento, que en este caso es llamada “acta constitutiva”. En ella se delimita claramente lo que se espera de la empresa, sus alcances y sus posibilidades de crecimiento. Se acentúan los rasgos más importantes de su personalidad al esclarecer su misión, se le dota de una moral con determinados valores acordes a las políticas internas y se le traza un futuro, una meta y un propósito de ser por medio de la visión.

Todo esto se hace posible gracias a las distintas estrategias planteadas por la comunicación corporativa, que se encarga de crear una cultura organizacional. Esta cultura tiene que ver precisamente con la personalidad de la empresa. Por ejemplo, no es lo mismo comprar un café en un oxxo, que en un starbucks. Desde la entrada a uno de estos locales se perciben claramente las diferencias. Al entrar a un starbucks lo primero que notamos es ese delicioso aroma a café que nos estimula a adquirir el producto con mayor gusto, después somos atendidos con gran amabilidad por los “baristas” quienes personalizan el servicio escribiendo nuestro nombre en el vaso del café, para que una vez que esté listo nos llamen para recibirlo. El ambiente es cálido, acogedor, con distintas áreas que te invitan a estar, ya sea para charlar con amigos, leer un libro, trabajar, o simplemente disfrutar de tu café. Todo este ambiente no es mera casualidad, es parte de la cultura organizacional de la empresa, va acorde con sus valores, con su misión y con su visión. Y esta cultura es fomentada gracias a la comunicación corporativa.

Por otro lado tenemos también una parte importante de la personalidad de la empresa, que tiene que ver con la imagen que proyecta hacia el exterior, de ello se encarga la comunicación institucional. Volviendo al ejemplo del starbucks, todos identificamos claramente uno de sus locales, simplemente al ver su logotipo. Sabemos que el verde es parte de sus colores institucionales, la imagen de la sirena lo identifica, y recordamos hasta su tipografía. Todo ello lo asociamos inmediatamente a un producto de calidad que además satisface una de nuestras necesidades humanas ulteriores, planteadas en la pirámide de Maslow, que es la de pertenencia, ya que adquirir un café de starbucks te da cierto status social, cosa que no pasa con un café del oxxo, por más bueno que sea su sabor.

Pero volviendo a la comparación inicial de las empresas con un ser humano, sabemos que los seres humanos, como tales, son perfectibles, más no perfectos, son vulnerables y a veces fallan o están propensos a contraer cualquier enfermedad. Cuando un ser humano enferma acude al médico, pero cuando una empresa enferma debe auxiliarse de la comunicación organizacional. Ya que ésta es meramente operativa y se dedica exclusivamente a resolver los problemas que se generan al interior de la empresa. Al igual que un médico, la comunicación organizacional evaluará al paciente y generará un diagnóstico que permita establecer un tratamiento que cure la enfermedad. Muchas veces el problema se da cuando uno de los canales de comunicación, ya sea horizontal o vertical, está bloqueado o no permite que fluyan adecuadamente los mensajes.

Resumiendo, éstos tres tipos de comunicación: corporativa, institucional y organizacional, son los motores y las arterias que mantienen viva a una empresa. De las tres depende el buen o mal funcionamiento de ésta, ya que ellas definen su cultura, personalidad y propósito de ser.